Los pequeños son hacedores.
Tocan, huelen, miran ... prueban, amasan;
se apropian de un producto tan cultural
como el pan, disfrutando y jugando.
Sus docentes les ofrecen un espacio de aprendizaje,
de exploración y socialización.
Ya de vuelta a casa , cada uno con su pancito,
resta probarlo con mamá y papá.